La orientación se considera como una alternativa educativa para guiar a la persona hacia su perfeccionamiento, pues busca capacitarla para que pueda resolver los problemas que se le presentan a lo largo de la vida.
Uno de los temas sobre el que existe una gran necesidad de orientación son las pérdidas, en especial, la muerte, debido a que la sociedad actual ha adoptado una actitud de negación ante ella.
Y, siendo la muerte el problema más complejo e inquietante ante el que se enfrenta el ser humano, es necesario que recibamos una orientación tanatológica que nos ayude a lidiar con todas las cuestiones relacionadas con la muerte y el duelo.
La orientación tanatológica fusiona los conocimientos y lineamientos de las Ciencias de la Educación con las aportaciones de la Tanatología.
Esta fusión le permite guiar a la persona para que sea capaz de afrontar su naturaleza mortal, de forma abstracta.
Pero sobre todo, lo ayuda a encarar la muerte concreta: la propia y la de los seres queridos, pues esta es la que afecta profunda y definitivamente a su ser.
Por lo tanto, la Orientación Tanatológica es:
Un proceso de ayuda a la persona, para que:
Reconozca su condición mortal y a partir de ella aprenda a darle sentido y valor a su vida,
Conozca las actitudes, sentimientos, comportamientos y emociones que la muerte desencadena en ella y en los que la rodean,
Comprenda la importancia del proceso de duelo y se sensibilice acerca de sus necesidades y las de los demás,
Para lograr así, afrontar la crisis que desencadena la presencia de la muerte en su entorno.